ALBERTO GARCÍA
LO ÚNICO QUE NUNCA CAMBIA ES QUE SIEMPRE HAY CAMBIO
En Noviembre de 2018 inicié el curso de formación de profesores de Español como Lengua Extranjera (ELE) de International House (IH) en Donostia-San Sebastián con la intención de trabajar de profesor y clarificar si de verdad quería inscribirme en el Máster de ELE. Entonces comenzó un proceso que ha ido in crescendo hasta llegar al Máster de la Universidad de Barcelona que me encuentro cursando al empezar este blog. Tras el curso en IH puse anuncios para hacer clases particulares hasta conseguir tener a cuatro alumnos y alumnas. Así mismo empecé a dar clases de Español en la Cruz Roja de San Sebastián, donde vivía, a immigrantes recién llegados, en el programa de acogida de la organización. Empecé a ver diferentes realidades ante un mismo aprendizaje y ante una, teóricamente, misma enseñanza, así como diferentes puntos de partida desde donde tratar de llegar al conocimiento de una segunda lengua. Así pasé parte de la primera mitad del 2019 hasta que Ignacio Grande, jefe de estudios de IH de Donostia-San Sebastián me llamó para trabajar en Julio, casualmente pocos días después de que me admitieran en este Máster. Mi motivación no podía estar más alta. Me considero tremendamente afortunado de, antes de empezar el Máster, haber podido trabajar dos meses de profesor de ELE en una academia, y en el momento más álgido en lo que a volumen de trabajo se refiere, dando clases a grupos de gran diversidad lingüística, así como a particulares. El hecho de haber conocido el funcionamiento de una escuela de formación en ELE en pleno funcionamiento veraniego y todo lo que ello conlleva, me ha enriquecido enormemente de cara a la ejecución del Máster de ELE de la UB. Todo ello, unido a la experiencia en la Cruz Roja y a las clases en mi propia casa, hacen que me sienta afortunado de haber experimentado realidades tan distintas en tan distintos espacios antes de asumir toda la carga teórica que supone realizar los estudios. Me parece importante explicar todo esto porque este es mi PUNTO DE PARTIDA. Dejé lo que fue mi vida durante 13 años porque me sentí inevitablemente arrastrado (positivamente hablando) hacia este nuevo camino profesional que me motiva, me interesa, me nutre enormemente y me hace sentir satisfecho.